Donde ponemos el esfuerzo para cambiar este modelo productivo y de alimentos?

Respuesta desde la ciudad: alianza táctica entre productores y consumidores. Desde lo rural: con producciones limpias, sanas y ecológicas.

ECONOMIA SOLIDARIA, CANASTA COMUNITARIA.


¿ORGANIZACIONES DE CONSUMO DE AGRICULTURA ECOLOGICA?


(Resumen y propuesta sobre experiencia en Ecuador)


¿Qué es una Canasta Comunitaria?


Si un par de vecinos del barrio deciden hacer juntos "el mercado" y compran, por ejemplo, una caja de tomate de árbol para la semana y luego se la reparten en forma equitativa en lugar de comprar "al menudeo", obviamente habrán obtenido un buen ahorro monetario, y probablemente lo vuelvan a hacer en otra ocasión. Ahora, si en lugar de la caja de tomate estamos hablando de 25 o 30 productos de la canasta básica de alimentos, y en lugar de dos vecinos del barrio, pensamos en 20, 200 o hasta 600 familias en una tarea semanal o quincenal, inmediatamente nos damos cuenta que implica un notable esfuerzo, una buena planificación, cierta logística, un espacio adecuado y hasta un mínimo equipamiento
(balanzas, lonas, sacos, etc.), sin embargo, ésto aún no es una Canasta Comunitaria.
En esta propuesta los agricultores no solamente entregan el producto, cobran su plata y se van, sino que se quedan con nosotros a trabajar en la distribución, hacen amistad con las familias, conversan (a veces largamente), enseñan su producto, nos invitan permanentemente a ver ¡como es que producen sin químicos!.
Buscamos para nuestras familias el sabor y el valor cultural de los alimentos. Un ejemplo es la red de slow food, donde se busca poner el valor los alimentos tradicionales, las herencias, saberes y costumbres culturales, a contramano de la lógica de fast food, o comida rápida que se compra y se come sin más.
Sobre la garantía y certificación comunitaria ¿Cómo se garantiza que los productos son realmente ecológicos?, entonces veamos: si los consumidores piden garantía de calidad, ¿quien lo garantiza?, ¿a que costo?, ¿que es lo que nos garantiza, o asegura algo en la vida? ¿que es lo que me da confianza? ¿un papel? ¿una empresa? Para nosotros solo un cambio cultural puede lograr y esto finalmente es inconmensurable, es la utopía social.
El problema económico.
Para nosotros es fundamental no perder de vista el horizonte, la utopía, la constante inquietud de construir otra cosa fuera del convencionalismo, sin embargo los pies están puestos sobre la tierra y a veces esto genera contradicciones que hay que saber administrar. De hecho, sin contradicción no hay revolución, se dice.

Economía de mercado vs. Economía real
El mercado convencional actúa de una forma ineficiente e inequitativa., en otras palabras el mercado capitalista distribuye mal y la economía real trata de reconstituir esta tarea, que es mucho más compleja que "evadir" intermediarios. En la economía real la idea es no competir: o todos juntos o ninguno
Las redes de Canasta Comunitaria no promueven la competitividad entre campesinos, al contrario buscamos cooperación y complementariedad.
No es mejorar los precios solamente, es buscar, comprar y conocer a los productores y si hay dos que producen lo mismo, se compra una semana primero a uno, luego cambia el orden y así, siempre pensando en grupo y redes, nunca apartando a nadie, es decir cooperación entre todos, con diálogos y debates grupales cuando surgen estos temas.
Una agricultura ecológica u orgánica que no cuestione la lógica mercantil propia de la economía de mercado capitalista está condenada al fracaso, o al menos siempre estará bajo el riesgo de los vaivenes del mercado y por lo tanto se vuelve insostenible.

En resumen
La Canasta Comunitaria es una propuesta innovadora en tanto implica un modelo de comercialización alternativa de productos de agricultura ecológica, sin embargo tiene otras implicaciones aun más relevantes: Una de ellas es la creación de espacios de encuentro social alternativos que buscan levantar una nueva cultura basada en el respeto muto y la solidaridad entre el campo y la ciudad. Implica además, generar un proceso de tránsito hacia la seguridad y soberanía alimentarias, y finalmente, la promoción de una nueva práctica económica, donde la producción considera la sostenibilidad de los recursos naturales por la vía de agricultura ecológica se recupera el protagonismo de los agricultores en el sector rural, por sobre la tecnocracia empresarial modernizante; donde se supera la característica artificial de la demanda del mercado y el consumidor se autoconstruye desde la lógica de la satisfacción de sus necesidades auténticas y reales, de forma responsable y solidaria; y, donde el mercado pierde su poder normativo y distributivo, y todos los actores (productores, consumidores y facilitadores del intercambio) asumen la tarea colectiva de distribución equitativa de los recursos y de distribución de los esfuerzos e incluso, donde el componente dinero recobra una función social (dinero social) como herramienta de distribución y no como factor de acumulación y poder; es decir, hablamos de una economía real, ¡una economía para la vida!